De nuevo, un año más, hemos tenido en nuestra asociación una visita muy esperada, la de los internos del Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla, que gracias a la generosidad de un mecenas, se hace posible que durante unas horas estas personas disfruten de la naturaleza, la libertad y la cooperación entre todos como pilares fundamentales durante una tarde inolvidable.
En esta ocasión, han sido 18 hombres de diferentes edades los que pudieron participar de esta actividad que se inició de la mejor manera: una merienda compartida entre ellos y los estudiantes y personal de la asociación, donde pudieron entablar conversación, comenzar a conocerse y dar tranquilidad a los internos ante las actividades que se iban a desarrollar posteriormente, ya que muchos de ellos no habían montado nunca a caballo ni habían estado cerca de ninguno.
Tras esta distendida merienda, se dividió a los participantes en tres grupos diferentes para poder realizar los distintos talleres programados y así ir rotando. De esta manera, todos pudieron participar de todas las tareas que se habían planteado.
Una de estas actividades fue el taller de monta. Tuvieron la oportunidad de montar a caballo y experimentar las mejorías que supone la práctica de esta actividad. En pleno contacto con el caballo, es decir, sin montura, pudieron recibir el calor del animal, los impulsos y la energía que éste desprende, realizando distintas posturas (sentados de lado, de espaldas, tumbados, etc), montando a caballo como nunca antes lo habían hecho. Además, participaron como auxiliares con sus propios compañeros, acompañándolos en uno de los lados del caballo o manejando al caballo. De este modo, los propios internos realizaron las funciones propias de los monitores y pudieron conocer un poco esta profesión como una posible salida laboral.
También pudieron participar en un taller de cuidado del caballo, donde aprendieron cómo mantenerlos, la alimentación, la limpieza y las peculiaridades de este noble animal.
Y, además, los internos participaron en un taller de jardinería donde llevaron a cabo tareas de mantenimiento de nuestro centro de terapias ecuestres, estando tanto en el huerto como en el resto de las instalaciones de la asociación. Además de un aprendizaje con vistas al futuro, esta actividad les ayudó a liberar tensiones y a establecer un contacto con el deporte gracias al esfuerzo físico que supone la jardinería con herramientas tradicionales. Pudieron demostrar lo que valen profesional y personalmente, realizaron una labor fantástica en nuestro centro.
De este modo, los internos junto con los estudiantes de prácticas de la Universidad de Sevilla y de la Universidad Pablo de Olavide, supervisados por la coordinadora y el instructor de equitación, pudieron compartir una jornada llena de ilusión, risas y cooperación, donde lo más importante fue aportar lo mejor de cada uno al otro, y donde las miradas de agradecimiento y complicidad entre todos reflejan a la perfección la experiencia compartida entre todos.
A la espera de una próxima visita, de parte del equipo de Terapias Ecuestres: «Gracias por darnos una lección de humanidad».