Ya hemos contado en varias ocasiones que nos encanta recibir visitas. Esta vez acogimos en nuestras instalaciones a un grupo formado por seis internos del Centro Penitenciario Sevilla I, participantes de su Programa de Atención Integral a Enfermos Mentales (PAIEM).
Nuestra asociación intenta siempre fomentar este tipo de iniciativas, con la colaboración de otras asociaciones, mecenas a título individual o cualquier otro tipo de ayuda de nuestras amistades, con la idea de sufragar los gastos generados por nuestras actividades. Facilitamos así la participación de grupos en riesgo de exclusión social, incapaces bajo sus propios medios económicos. En este caso concreto, hablamos de personas con una situación muy delicada, pues a su precariedad económica hay que añadir las complicaciones acarreadas por su salud mental.
Su visita fue posible al sufragarla una buena amiga de la Asociación, gran amante del caballo. Del transporte se encargó la asociación Zaqueo, dedicada a la reinserción social de personas que han cumplido o siguen cumpliendo condenas penales, aportando una furgoneta para el traslado de los internos a nuestras instalaciones. Les acompañaban por parte del Centro Penitenciario un coordinador y una trabajadora social, de los que apreciamos una gran humanidad y un gran cariño en su trato con los internos.
Entre todos conseguimos que disfrutaran de un magnífico día en plena naturaleza. Nada más llegar, ante la lógica inquietud que despierta toda nueva experiencia, les invitamos a un picnic como jornada de convivencia, con aperitivos y refrescos a cargo de la Asociación. Disfrutaron también de unas deliciosas naranjas que nos regalaron dos de nuestros socios (al parecer, gustaron mucho a nuestros visitantes).
Una vez nos conocimos todos, pudimos empezar con el primer acercamiento al caballo. En cuanto los internos cogieron suficiente confianza con los animales se dispusieron a montarlos y todos terminaron animándose, realizando los ejercicios que habíamos organizado para ellos. En definitiva, disfrutaron a lo grande de la jornada.
Fue un día distinto para nuestros visitantes, tal vez un ratito dentro de su larga rutina habitual, pero sin duda los marcó y quedó bien adentro de ellos. Estamos seguros de que, tras despedirnos, quedó en ellos como un hermoso recuerdo.