Cada 26 de octubre conmemoramos, junto a la Federación Española de Daño Cerebral, el Día del Daño Cerebral Adquirido. Una buena oportunidad para visibilizar la situación de tantas personas que ven marcadas para siempre sus vidas por motivos muy distintos, desde un accidente laboral o de tráfico hasta una infección o un derrame repentino. Son muchas las causas que pueden provocarnos secuelas cerebrales a distintos niveles, desde el motor al cognitivo y pasando por funciones tan básicas para todos como sentir o comunicarnos.
Provoca un cambio de vida radical, que conlleva tantísimas y tan duras dificultades para lo más básico del día a día. En el peor de los casos tienen un efecto devastador tanto para quien lo sufre como para sus seres queridos.
Por supuesto, también estas personas requieren de terapias como las que trabajamos aquí. Sobre todo nuestra Sala de Fisioterapia se dispone a atender solicitudes de este tipo de pacientes. Un proyecto en el que seguimos trabajando con el respaldo de la Convocatoria de Proyectos Sociales 2022 de la Fundación ”la Caixa”.
Desde la Asociación Hispalense de Terapias Ecuestres nos alegra poder contribuir con nuestros servicios a su complejo proceso de rehabilitación y aliviar en la medida de lo posible el gran esfuerzo económico que tienen que hacer las familias en busca de su bien. Estamos hablando, además, una mejora significativa en su calidad de vida y desgraciadamente, por los costes que conlleva sobre todo a largo plazo, no es igual de accesible para todos.
Somos conscientes de que nuestras terapias son solo una parte del enorme cambio al que se enfrentan pacientes y familias. Además de trabajar con un fisioterapeuta, suelen tener que hacer reformas en casa para adaptar sus aseos o sencillamente facilitar la movilidad del afectado, a menudo en silla de ruedas. Son solo un par de ejemplos que escapan a lo estrictamente sanitario y en los que no caemos hasta que esta realidad irrumpe en nuestras vidas.
Y como hagamos lo que hagamos siempre nos quedará camino por recorrer, desde la asociación no dejamos de buscar formas de rebajar nuestros propios costes para los usuarios con daño cerebral (y de todo tipo, por supuesto), para seguir aliviando aún más el aspecto económico e intentar que al final sea lo último de lo que tengan que preocuparse.