Orgullosos de Sandra, nuestra alumna en prácticas

Una de las principales satisfacciones que habitualmente nos llevamos durante el desempeño de nuestro trabajo es conocer a gente muy valiosa, ya sea entre los usuarios que requieren de nuestros servicios o, como en este caso, profesionales generosos que con su vocación se deciden a ayudar a los demás. Una vez más, hemos comprobado lo reconfortante que es esto gracias a la colaboración de Sandra.

Esta joven llegó a nosotros desde el Centro Autorizado de Enseñanzas Deportivas Carlos Espigares, escuela de equitación con más de 45 años de trayectoria y toda una década ofreciendo formación oficial homologada por la Junta de Andalucía para los nuevos profesionales de este sector. Sandra está haciendo el ciclo inicial del grado medio en Hípica, para cuyas prácticas tuvimos la suerte de que escogiera nuestro centro, mientras se forma como Técnico Deportivo en Resistencia, Orientación y Turismo Ecuestre.

Las 150 horas de prácticas de Sandra en nuestras instalaciones nos ha permitido compartir con ella las particularidades del caballo dedicado a la terapia ecuestre, tanto a la hora de realizar sesiones individuales como de grupo, además de mostrarle cómo llevamos a cabo las clases de equitación adaptadas. Estando entre nosotros también ha podido conocer de primera mano el funcionamiento habitual del centro y cómo tratamos a nuestros animales en lo que se refiere a su alimentación, sus cuidados, su entrenamiento, etc.

Durante este tiempo, Sandra ha contado con la supervisión de nuestros dos técnicos especializados, Diego (por las mañanas) y Daniela (por las tardes), como tutores de prácticas (ambos posan con ella en las fotos superiores). Diego ha compartido con nosotros su experiencia: «Ha sido bastante gratificante, ya que yo también he podido poner en práctica mis facultades como profesor, transmitir y enseñar mis propias experiencias junto a los conocimientos adquiridos a lo largo de mi vida. Poder compartirlos con una alumna atenta, formal y educada como es Sandra ha sido un auténtico placer».

Por nuestra parte, sólo podemos subrayar las palabras de Diego y resaltar el alto valor humano de Sandra. Hemos descubierto en ella a una alumna espectacular, amable y cariñosa, generosa a la hora de entregarse a los demás y, lógicamente, son virtudes necesarias a la hora del desempeño de las terapias ecuestres. Así que se las agradecemos y las celebramos junto al gran futuro que le espera.

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